12 de noviembre de 2012

Capitalismo, materialismo, obsolescencia programada y desigualdades en un divertido juego

El capitalismo, el materialismo y la obsolescencia programada son realidades completamente asentadas en nuestro día a día. A menudo nos encontramos con dificultades para hacer una crítica real y lanzar alternativas desde nuestra acción pedagógica y educativa. Entendemos que son cuestiones importantes para la sociedad y que en nuestras reuniones, grupos, militancias y debates deben tener un espacio pues es una necesidad. Pero lo que ocurre es que nos cuesta mucho plantear algo distinto con las y los chavales y casi siempre recurrimos a las dinámicas dinámicas Norte -Sur. Aquí va una propuesta distinta en formato juego. Te invitamos también a que leas el texto.

Jolasa
 Pincha y aquí y veras el juego que te proponemos para trabajar las desigualdades, el empobrecimiento, el capitalismo, materialismo...


La pobreza no es el problema, el problema es la riqueza
Hace un tiempito, mientras conversaba con Silvestre, un norte potosino curtido por los gélidos vientos de los Andes a 5000 metros de altura, se me ocurrió preguntarle ¿seremos realmente capaces de erradicar la pobreza en el mundo?   

Silvestre abrió los ojos y con gran clarividencia dirigiéndose a mí, exhortó:  dejemos en paz a los pobres, que bastante tienen…  la pobreza no es el problema , el problema es la riqueza, así que si hay algo contra lo que luchar, luchemos contra la riqueza. Silvestre poseedor de una sabiduría adquirida a base de esfuerzo, paciencia y promesas incumplidas, logró con su contundente frase, desestabilizar todo mi sistema inmunitario. ¡No podía tener más razón!


 Muchos de los problemas locales y globales que nos rodean, están relacionados con la profunda desigualdad en el acceso a los recursos existente en el mundo. Esas desigualdades tienen como causa fundamental en muchos casos, el derroche de recursos por un pequeño porcentaje de la población mundial.  Esto es, la pobreza es fruto del exceso de riqueza en manos de unos pocos o de la mala distribución de los recursos a nivel mundial: el 20% de la población mundial se come el 80% de los recursos del planeta. 

 Esta problemática que es estructural, hace que en este momento cerca de 2800 millones de personas subsistan con menos de 2$ diarios y que los indicadores de pobreza y exclusión en el Estado Español y nuestras comunidades, sean cada vez más alarmantes. Las brechas entre los más ricos y más pobres siguen aumentando. 

 ¿Podemos intervenir educativamente ante esta problemática? ¿Cómo nos interpela esta realidad cómo educadores y educadoras? 

  “Es vital que seamos capaces de conseguir que cada vez más personas en nuestra sociedad se cuestionen cómo está repartida la riqueza y el poder en el mundo, cómo operan las relaciones de dominación de unos países , sociedades ó personas sobre otras, que se pregunten qué impacto tiene nuestro sistema de vida sobre los países más pobres del mundo o las personas excluidas de nuestro entorno más próximo, qué responsabilidad tienen las naciones más ricas en el destino de las más pobres, y sobre todo, que a partir de esa reflexión, den el paso de revisar sus propios hábitos de vida y de consumo, de reforzar un compromiso personal de ejercer día a día su solidaridad con el resto de personas que habitan el planeta y encontrar expresiones concretas de su compromiso con la construcción de un mundo más justo y más solidario.”

 Este párrafo tomado del”Grupo de trabajo de Educación para el Desarrollo de la Coordinadora de ONGD para el Desarrollo-España” expresa muy un planteamiento educativo que nos enseña que nuestra sociedad abarca todo el mundo y toda la humanidad, que nuestras decisiones afectan a nuestras vidas y también a las de otras personas; tenemos poder y capacidad para influir en el desarrollo solidario de este mundo y hemos de usarlo con responsabilidad.

 Artículo de Montxo Oroz (pedagogo y técnico de Educación en Medicusmundi) publicado en Goiti 288 




 

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